lunes, 16 de mayo de 2011
EL COMPOST Y OTROS APORTES ORGÁNICOS.
El compostaje es un proceso de transformación biológica de la materia orgánica en un producto final, denominado compost, que presenta, respecto a los materiales de partida, las siguientes ventajas:
- Mayor estabilidad biológica (eliminación de malos olores).
- Mayor contenido en humus.
- Menor relación C/N.
- Menor volumen aparente (compactación).
- Eliminación de los gérmenes patógenos.
- Inhibición del poder germinativo de las semillas.
Como tal proceso biológico que es, está condicionado por un conjunto de factores ambientales como son:
- Aireación: es imprescindible una aireación adecuada, de lo contrario se relentiza la descomposición, se produce la pérdida de algunos nutrientes y se generan sustancias tóxicas para las plantas.
- Humedad: cuando es baja se paraliza la actividad biológica y cuando es alta se producen condiciones de anaerobiosis y pérdida de nutrientes por lixiviación.
- Relación C/N: cuando el N es escaso se paraliza la actividad biológica y cuando está en exceso se producen pérdidas. Debe ser próximo a 30/1.
- pH: influye sobre la actividad de los microorganismos y sobre la velocidad de las reacciones enzimáticas. Debe ser próximo a la neutralidad.
Materiales de partida
1. Restos vegetales. Aportan la celulosa y lignina necesarias para la formación del humus. Pueden proceder de la misma finca (paja, restos de poda, abonos verdes, rastrojos, etc.), de la industria (orujo de uva, frutos no utilizables, pulpas de destilería, aserrín de frondosas, etc.) o de cualquier otro origen (hierbas, arbustos, etc.), siempre que sean de cultivo ecológico.
2. Restos animales. Aportan el N necesario para ajustar la relación C/N, junto con P, S y microelementos. Sirve: estiércol, purines, restos de matadero, harinas de pescado, etc. Cómo en el caso anterior, han de proceder de la ganadería ecológica, aunque transitoriamente los Organismos de Control pueden autorizar el uso de estiércoles de ganadería extensiva convencional.
3. Minerales. Rocas finamente molidas o subproductos ricos en uno o varios elementos (tortas de cereales, harina de huesos, sangre, harina de pescado, algas, etc.) para corregir los desequilibrios y carencias de nuestro campo.
4. Correctores del pH. Si se prevé una reacción ácida y, principalmente, si se va a incorporar en tierras ácidas. Lo mejor son carbonato cálcico o carbonato potásico en forma de roca pulverizada o ceniza de madera. Cuando se tenga un suelo básico puede incorporarse tierra. Menos buena es la cal muerta, nunca la cal viva.
5. Confección del montón
Existen muchos métodos de elaboración del compost: en montón, en zanja, en reactores. Aquí veremos el primero por ser el más sencillo y adecuado a las condiciones de nuestra zona.
6. Emplazamiento óptimo: en zonas con pendiente ligera y buen drenaje; con la solera natural preferente al hormigón o cemento; protegida de los vientos dominantes, de la insolación directa y de las lluvias fuertes; de fácil acceso y maniobrabilidad para la maquinaria; lo más cerca posible de la fuente de materias primas y del lugar de utilización y con disponibilidad de agua.
7. Forma: el montón se hace de sección triangular o trapezoidal (con más pendiente cuanto más lluvioso sea el clima) y con la longitud que sea posible. Pueden hacerse montones mayores si se aporta aireación forzada. Si el montón es mayor se dificulta la aireación y si es menor se pierde nitrógeno y otros nutrientes por volatización.
8. Dimensiones: el ancho de la base del montón se hace de 2 a 3 metros, aunque se puede aumentar si se garantiza la aireación suficiente del interior de la zona interior. La altura viene dada por la pendiente que se le de al montón y la longitud no tiene más límites que los puestos por el espacio disponible.
9. Realización: en la parte inferior puede ponerse una capa de ramas y pajas que mejoran la aireación. Después se aportan los distintos materiales bien triturados: directamente si se han mezclado previamente o si la composición es homogénea o en capas sucesivas de 15-20 cm de grosor.
El montón se iniciará por un extremo, dándole desde el principio la sección definitiva.
Es conveniente añadir tierra para que la formación del complejo arcillo-húmico proteja al humus de la mineralización. Esta tierra debe proceder de las capas superficiales para que aporte microorganismos de descomposición. Si es tierra caliza hace, además, el papel de regulador del pH, pero deberemos limitar la cantidad aportada (2-5 % si es muy caliza) para no basificar en exceso el montón.
También debe aportarse compost maduro, bien formando una cubierta de 1-3 cm o bien incorporándolo en una proporción del 10 al 15 %, para que aporte microorganismos y sirva de arranque al proceso.
Se riega el montón hasta que todo él esté embebido, pero de manera que no escurra cuando se apreté un puñado. Si los materiales empleados son pobres en N o quiere acelerarse el proceso, pueden emplearse purines para regarlo.
Finalmente, el montón se cubre con una capa delgada de tierra arenosa, paja o ramas que lo protejan de las variaciones ambientales externas pero permita el intercambio gaseoso.
El resultado final debe ser materia orgánica humificada (elevado contenido de ácidos húmicos y fúlvicos), en la cual la estructura fibrosa se habrá transformado en una masa granulosa, esponjosa, que se desmenuza con facilidad, de color oscuro y olor agradable.
Programa de fertilización en cultivos hortícolas ecológicos
La elaboración de un programa de fertilización en
sistemas ecológicos de hortalizas exige, entre otros aspectos, una información básica sobre: los cultivos que se van a incluir en la rotación, las características del suelo y del agua de riego, las fuentes de materias orgánicas existentes en la propia finca o en el entorno (cantidad, calidad, regularidad en el suministro, precio, etc.) y la disponibilidad de productos fertilizantes comerciales (composición, precio, etc.).
Necesidades nutritivas de los cultivos de la rotación
Las necesidades o exigencias en elementos fertilizantes de los cultivos hortícolas son enormemente variables, debido a las diferencias inherentes a la especie, variedad, condiciones edáficas y de clima, sistema de riego, condiciones de cultivo, estado sanitario, etc, pudiendo destacar como cultivos más exigentes la alcachofa, las solanáceas, las crucíferas, las cucurbitáceas, entre otras.
A diferencia de lo que sucede en la fertilización convencional, que suele utilizar como información orientativa de las necesidades de fertilización tanto los valores estándar de requerimientos nutricionales (se pueden encontrar en las publicaciones sobre fertilización de los cultivos), como las extracciones totales de nutrientes por los cultivos, expresadas bien por unidad de superficie o por unidad de rendimiento, en la fertilización ecológica es conveniente utilizar el método del balance en el agrosistema entre las salidas (pérdidas) y entradas (aportaciones) de nutrientes como criterio determinante para calcular las necesidades en fertilizantes (Gómez et al., 2002; Pomares et al., 2003).
Un elemento clave dentro del conjunto de salidas de nutrientes del sistema lo constituye la cantidad de elementos fertilizantes exportada con los productos cosechados en cada cultivo, que puede estimarse a partir de valores estándar (cuadro I), que normalmente se encuentran en las publicaciones sobre agricultura ecológica (Lampkin, 1998). Pero también pueden calcularse a partir de los datos de rendimiento y contenido de materia seca (%) y de elementos esenciales (%) en la cosecha de los diferentes cultivos (cuadros II y III).
Es conveniente actuar con mucha cautela en la aplicación de esta clase de información a zonas de cultivo muy diferentes a las originarias del estudio en cuestión.
Cálculo de las necesidades en nitrógeno de los cultivos de la rotación
Las necesidades en nitrógeno de los cultivos integrantes de la rotación pueden calcularse siguiendo el método del balance, considerando como salidas del sistema el nitrógeno contenido en la cosecha más el perdido en el suelo a través de los procesos de lixiviación, desnitrificación y volatilización, y como entradas al sistema, el nitrógeno derivado de fuentes externas, principalmente, el nitrógeno fijado por los microorganismos (Rhizobium y otros) del suelo y el aportado por el agua de riego, ya que el nitrógeno aportado con la lluvia, deposiciones secas o partículas sólidas es de poca importancia.
En los cultivos distintos a las leguminosas bajo condiciones de riego con agua de bajo nivel de nitrato puede utilizarse la exportación de nitrógeno por los productos cosechados como criterio para el cálculo de las necesidades de fertilizantes orgánicos. Y, asimismo, en los cultivos de alto valor económico es conveniente aportar una pequeña cantidad adicional de abonos orgánicos para compensar las pérdidas inevitables de nitrógeno por lixiviación, desnitrificación, volatilización, etc.
Cálculo de las necesidades en fósforo de la rotación
Este cálculo se realiza en base a la exportación en fósforo por la cosecha en el conjunto de los cultivos de la rotación. Y, además, es conveniente tener en cuenta la riqueza del suelo en fósforo asimilable, indicada por el análisis del suelo e interpretada según los valores críticos correspondientes, utilizando un factor corrector desde 0 hasta 1,5, según el nivel resultante desde muy alto hasta bajo. Adicionalmente, se puede aportar una pequeña dosis de fósforo para compensar las pérdidas inevitables a través de diferentes procesos, principalmente, retrogradación o fijación.
En general, cuando se incluyen en la fertilización ecológica aportaciones periódicas de estiércoles o compost, no suele ser necesario un suplemento de fertilizantes minerales fosforados, ya que en los estiércoles y el compost la relación P/N suele ser mucho más alta que la resultante en el material vegetal de los productos cosechados.
En el supuesto, poco probable, de que en algún caso se presentaran carencias de fósforo, sobre todo en el período de conversión de cultivo convencional a cultivo ecológico, se debe estimar la cantidad de fósforo necesaria para corregir la carencia en un período de varios años mediante fertilizantes inorgánicos adecuados y/o abonos orgánicos.
Cálculo de las necesidades en potasio de la rotación
El procedimiento es similar al indicado anteriormente para el cálculo de las necesidades en fósforo. Ahora bien, la evaluación de la riqueza del suelo en potasio asimilable exige utilizar los valores críticos específicos del potasio.
Debido a las grandes reservas de potasio que existen en la mayoría de los suelos agrícolas, la respuesta a los fertilizantes potásicos suele ser escasa en los cultivos agrícolas. Ahora bien, los cultivos hortícolas son muy exigentes en potasio, las extracciones de este elemento suelen ser superiores a las de nitrógeno, de ahí que sea conveniente controlar las aportaciones de potasio que se realizan para lograr que el suelo mantenga su capacidad de suministro de este nutriente a largo plazo.
Dosis de enmiendas y abonos orgánicos y minerales
La cantidad necesaria de enmiendas orgánicas (compost, estiércol, etc.) para la rotación se puede obtener a partir del correspondiente balance de humus. Por otra parte, la cantidad de abonos orgánicos y minerales necesarios se obtendría como la diferencia entre las necesidades en nitrógeno, fósforo y potasio de la rotación y las cantidades aportadas con las enmiendas orgánicas. Pero, además de aportar las unidades fertilizantes requeridas por la rotación de cultivos se debe procurar en lo posible que la disponibilidad, principalmente, de nitrógeno asimilable por los cultivos de la rotación sea la adecuada. De ahí que normalmente se aporten las enmiendas orgánicas en el primer cultivo o cabeza de la rotación, que suele ser el de mayores exigencias nutritivas y tolerantes a las materias orgánicas frescas, incluyendo a continuación los cultivos con menores exigencias nutritivas o incluso leguminosas (como abono verde o cultivos para cosechar) con la finalidad de enriquecer el suelo con el nitrógeno fijado por las bacterias Rhizobium.
Los abonos orgánicos (gallinaza, sangre desecada, harinas de pescado, harinas cárnicas, tortas de oleaginosas, guano, etc.), dado su alto contenido en nitrógeno y alta velocidad de liberación, pueden ser interesantes para cubrir el déficit en elementos nutritivos de las enmiendas orgánicas en períodos críticos de altas exigencias nutritivas.
En los casos en que sea necesaria la aportación de fertilizantes minerales de fósforo, potasio, magnesio, etc., se seleccionarán los más adecuados, particularmente en cuanto a solubilidad, contenido en iones potencialmente tóxicos como cloruros, etc.
Época de aplicación de los productos fertilizantes
A tenor de que la mayor parte de los productos utilizados para la fertilización en agricultura ecológica liberan los nutrientes de forma lenta, es conveniente realizar las aplicaciones de estos fertilizantes con antelación suficiente para que por medio de la acción microbiana se liberen los nutrientes, particularmente el nitrógeno, a un ritmo adecuado para atender satisfactoriamente las exigencias de los cultivos.
Coste de los fertilizantes
Dada la gran diferencia de costes de las unidades fertilizantes según los distintos productos (particularmente los abonos orgánicos), es conveniente evaluar el coste unitario de las unidades fertilizantes con la finalidad de reducir en lo posible el gasto importante de la fertilización, en cultivo ecológico.
Evaluación de los resultados del programa de fertilización ecológica
La fertilización de los cultivos es una técnica agrícola altamente compleja, en la que influyen muchos factores y sus interacciones, existiendo muchas incertidumbres a la hora de adoptar un programa de fertilización. Y en la fertilización ecológica aumenta aún más el grado de complejidad, debido a que la nutrición de los cultivos depende en gran medida de la actividad de los microorganismos para liberar los nutrientes de forma progresiva, y esta actividad microbiana del suelo está condicionada por muchos factores, entre los que destacan las condiciones de temperatura y humedad del suelo. De ahí que la respuesta de los cultivos a los fertilizantes ecológicos tenga más incertidumbres que la fertilización con abonos convencionales.
En cualquier caso, la respuesta de los cultivos agrícolas en general, y los hortícolas en particular, puede y debe ser evaluada por el propio agricultor utilizando criterios y herramientas a su alcance. Esta evaluación agronómica de la fertilización ecológica puede hacerse mediante: los resultados de producción (rendimiento y calidad), la observación visual del cultivo a lo largo del ciclo, la observación del suelo (estructura, porosidad, facilidad de drenaje, costras en la superficie o capas compactas en profundidad, actividad biológica, etc.), análisis del suelo (humus y nutrientes asimilables, principalmente nitrato, fósforo y potasio), análisis de la planta (en hortícolas son menos útiles que en especies leñosas como cítricos, frutales, viña, olivo, etc.), así como balances de nutrientes (entradas-salidas de nitrógeno, fósforo, potasio, etc.). El uso de estos medios puede contribuir a corregir posibles defectos de la fertilización aplicada y sus correcciones pueden resultar útiles en el cultivo presente y en los cultivos siguientes.
Y además de los criterios indicados anteriormente, la realización de ensayos sencillos a nivel de microparcela con diferentes dosis o productos, utilizando siempre la parcela testigo, pueden ser muy útiles para alcanzar el objetivo de una fertilización ecológica óptima, que alcance el calificativo de sostenible o sustentable en base a los criterios tanto agronómicos como económicos y ambientales.
Bibliografía
Gómez, A. Pomares, F., Albiach, M. R., Canet, R., Baixauli, C. (2002). Efectos de la fertilización orgánica en cultivos hortícolas: Producción, balance de nutrientes y materia orgánica. V Congreso de la SEAE - I Congreso Iberoamericano de Agroecología. Actas del Congreso, pp. 443-451.
Labrador, J. (2004). Conocimientos, Técnicas y Productos para la Agricultura y la Ganadería Ecológica. SEAE.
Lampkin, N. (1998). Agricultura Ecológica. Mundi-Prensa (Ed. Española). Madrid.
Pomares, F. Gómez, A. Baixauli, C. Albiach, R. (2003). Producción y balances de materia orgánica y nutrientes en dos rotaciones de hortícolas sometidas a fertilización mineral, orgánica y organo-mineral. Primer Congreso Iberoamericano de Nutrición Vegetal. Agro Latino "Fertilización, Rentabilidad y Medio ambiente. Procceedings del Congreso, pp 134-137.
Agricultura ecológica como única alternativa
A trabes de la historia, el hombre en el afán de generar los ambientes mas propicios para su existencia, se ha visto obligado a crear y evolucionar los métodos de producción de los recursos mínimos vitales, entre estos recursos los frutos y hortalizas tienen un especial valor por representar la base alimentaria de las comunidades humanas, que con el pasar del tiempo atravesaron el umbral que los convertía de simples recolectores a productores, ese quizás fue el primer paso para el sin numero de avances que la historia reconoce a la agricultura, buenos o malos, quien sabe, pues la historia sigue escribiéndose aunque sin muchas esperanzas para los métodos de producción mas evolucionados, tales como el uso de plaguicidas y semillas modificadas genéticamente que claramente han perjudicado a los pequeños productores agrícolas, y es que la controversia con empresas como MONSANTO, los cuales después de modificar genéticamente las semillas de maíz, y alterar el ecosistema en sitios como los poblados yakis en Méjico, reclamaron el derecho de uso de las semillas nativas afectando seriamente la sustentación de estos pueblos indígenas, o las maniobras ilegales realizadas por la multinacional DUPONT para modificar los códigos agrícolas en países de el tercer mundo con el único fin de comercializar sus productos que es bien sabido que algunos de ellos afectan seriamente los ciclos orgánicos naturales mejorando el rendimiento y la rentabilidad de los cultivadores a corto plazo pero con graves desenlaces a largo plazo; como el deterioro irreparable de los suelos, la contaminación de de la tierra y con ella el agua que bebemos a diario, por eso ahora mas que nunca debemos dar salida a esta penosa situación que sin duda terminara dañando irreparablemente los ciclos naturales, y es ahí donde la agricultura ecológica parece ser la única alternativa, por ser el único método de producción agrícola que evita en mayor medida el uso de productos que afecten los ciclos naturales garantizando así un poco de esperanza a la oscura situación que atraviesa nuestro mundo y en el presente reclama soluciones reales para problemas que son mas reales de lo que muchos imaginan.
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